lunes, 5 de octubre de 2009
Según salgas del túnel, todo recto
Voy a apurar los últimos muntos del domingo en escribir algo. Creía que la siguiente entrada que escribiese, es decir, ésta, me iba a resultar más fácil de lo que está siendo. Esto de sentarme delante del ordenador intentando escribir algo que le resulte minimamente interesante a quien se pueda pasear por estos lares, me hace sentirme un poco loco. Esto de estar callado mientras mi cabeza no para de buscar algo que decir es una situación un tanto extraña. Normalmente cuando uno habla, le habla a algo o a alguien, que suele ser un objeto o sujeto identificable. En el caso de hablarle a una persona, lo habitual es que recibamos una respuesta, ya sea de forma verbal o no verbal. En el caso de hablarle a un objeto, la probabilidad de que obtengamos una respuesta es directamente proporcional a la cantidad de sustancias psicotrópicas consumidas, pero en todo caso no deja de ser algo bastante improbable. Aún así, cuando le hablamos a la televisíón viendo las noticias, al ordenador cuando se queda colgado o al coche cuando no arranca; no nos sentimos locos. Tampoco nos sentimos mudos que sólo hablan consigo mismos en silencio. Porque yo ya llevo veinte minutos hablando y la única respuesta que tengo es la repetición de mis palabras escritas en la pantalla.
Cuando decidí empezar a escribir aquí, sólo contemplaba dos finales posibles: a) sentirme un poco gafapasta, y b) sentirme un frikazo.
Lo de sentir que quiero decir algo, que no sé que decir, que no sé a quien se lo estoy diciendo, y que no sé si alguién me dirá algo, no entraba en mis planes.
Aunque acaba de aparecer en mi cabeza algo que me hace sentirme mejor. No siempre es bueno que las cosas salgan según lo planeado. Ahora mismo me alegro de sentirme loco o mudo, en lugar de gafapasta o friki. El que no se consuela es porque no quiere.
¿En qué estaba pensando cuando decidí hacer algo que podía convertirme en un gafapasta o en un friki?
Supongo que esto nos pasará un poco a todos los que escribimos por aquí, que al final, por muy locos, mudos o absurdos que nos sintamos haciéndolo, nos acaba molando.
De todo se puede sacar algo bueno y al final, esto me ha servido para pasar un rato escuchando al Rey, así que ha sido un buen rato y no he estado tan solo.
La pena es que los buenos ratos como este no duran para siempre. Lo bueno es que los malos tampoco.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
tras continuas peticiones, lo hice... vi tu blogger, no solo lo vi tio, sino que tb lo lei.
Y me gusta, y no se como lo haces pero me gusta escucharte y creo que a partir de ahora tb, me gustará leerte...
Tío, los frikis no sienten nada especial, ni se sienten raros, tampoco te vuelves friki por escribir un blog... serás friki por lo que pongas.
Pense que cuando decias lo del Rey, decias a nuestro querido JuanCar...ay madre...
Publicar un comentario